Agustín era un niño que nació sano. A los 14 meses padeció una meningitis. Tras probar diferentes métodos y haber desarrollado una epilepsia que ningún medicamento podía tratar. Gracias al estudio genético del Dr. José Ignacio Lao, Agustín ha evolucionado notablemente, ganando atención entre otras cosas. Ya no sufre epilepsias.